El Único Camino Hacia el Reino de Dios en los Cielos Celestiales  
 
 
YO ESTOY AQUÍ.  Jesús.  
He venido esta noche, ya que deseo terminar mi mensaje, y espero que puedas recibirlo. 
Bien, para continuar.
 
He descrito el camino hacia el Reino de Dios en la tierra y en el mundo espiritual, y ahora describiré el único camino hacia el Reino de Dios en los Cielos Celestiales.  
Como he escrito anteriormente, cuando el hombre fue creado, además de haber sido dotado de aquellas cosas que lo hicieron el hombre perfecto, y en armonía con las leyes y voluntad del Padre, Él también le otorgó la potencialidad o privilegio de recibir el Amor Divino, siempre y cuando él lo buscase, por el único camino diseñado por Dios para obtenerlo.  Pero en lugar de abrazar este gran privilegio, el hombre fue desobediente y optó por ejercer su propia voluntad, y así lo hizo de tal manera, que condujo, no solo a su caída de la condición, del hombre perfecto como fue creado por Dios, sino también a la pérdida del gran privilegio de recibir este Amor Divino, privilegio que nunca le fue reotorgado hasta mi advenimiento y enseñanza acerca de ese reotorgamiento, y el camino verdadero para obtener este amor. 
 
AHORA, AQUÍ DEBE SER ENTENDIDO, LO QUE ERA Y ES, ESTE AMOR DIVINO, PUES, ES LO MISMO HOY DÍA, QUE LO QUE FUE CUANDO EL HOMBRE FUE CREADO EN LA IMÁGEN DE DIOS.  ESTE AMOR DIFIERE DEL AMOR NATURAL DEL HOMBRE, CON EL CUAL FUE DOTADO AL SER CREADO, Y QUE PERTENECE A TODO HOMBRE Y EL CUAL POSEEN TODOS, EN CONDICIÓN MÁS O MENOS PERFECTA. QUE EL AMOR DIVINO ES ESE AMOR QUE PERTENECE A, O ES UNA PARTE  DE DIOS, Y POSEE SU NATURALEZA Y SE COMPONE DE SU SUBSTANCIA, Y QUE CUANDO UN HOMBRE LO POSEE EN GRADO SUFICIENTE, LO CONVIERTE EN DIVINO Y DE LA NATURALEZA DE DIOS.  FUE LA INTENCIÓN DE DIOS, DE QUE ESTE GRAN AMOR FUESE RECIBIDO Y POSEÍDO POR TODO HOMBRE QUE DESEASE RECIBIRLO Y QUIEN HARÍA EL ESFUERZO DE OBTENERLO. 
 
El amor es lo que contiene, en sí, lo divino, lo cual el amor natural no contiene.  Sé, que muchos escriben y creen que todos los hombres, independientemente de la clase de amor que tengan en sus almas, poseen lo que llaman “la chispa divina”, que sólo necesita el desarrollo apropiado para que todo hombre sea divino.  Pero este concepto del estado del hombre en su condición natural, es totalmente erróneo, puesto que el hombre no posee nada de lo divino, y no podrá jamás, a menos que haya recibido y desarrollado en él, este Amor Divino. 
En todo el universo de Dios y creación de cosas materiales y espirituales, la única de sus criaturas que pueda tener en sí algo de una naturaleza divina, es aquel que haya poseído este Amor Divino.
 
La intención del otorgamiento de este amor fue, en su operación y efecto, transformar al hombre, del simple hombre perfecto al ángel divino, y crear, así, un Reino de Dios en las Esferas Celestiales, donde sólo puede entrar aquello que es divino y encontrar una morada.  Y debes entender, que depende del hombre mismo, en gran parte, establecer el Reino de Dios en la tierra o en el mundo espiritual, por lo tanto, también depende del hombre, en gran parte, establecer el Reino en los Cielos Celestiales.  Dios no establece ni establecerá este Reino Divino, mediante algún poder que Él pudiera ejercer, y si el hombre no hubiese recibido nunca este Amor Divino en su alma, no habría sido posible jamás la existencia tal Reino. 
Existe ahora un Reino en la Esfera Celestial, pero no completado, puesto que todavía está abierto y en proceso de formación.  Está abierto para la entrada de todo espíritu, y los hombres deben buscarlo por el único camino provisto por el Padre, y ningún hombre o espíritu será excluido de él, quien, con todo el anhelo de su alma, aspirare a entrar en ese Reino.
 
También debo decir que llegará el tiempo cuando este Reino Celestial será completado, luego del cual ni espíritu ni hombre podrá allí entrar; pues este Amor Divino del Padre será retirado nuevamente del hombre, como lo fue de los primeros padres, y el  único Reino, entonces, que será accesible al hombre será el Reino que existirá en la tierra, o el que ahora existe en el mundo espiritual. 
Entonces, cuál es el camino que conduce hacia este Reino Celestial? El único camino?  Pues, existe tan sólo uno! 
 
La observancia de los preceptos morales y la purificación de las almas de los hombre del pecado, siguiendo estos preceptos, no conducirán a este Reino, puesto que, como fácilmente se puede entender, la corriente no puede ser más alta que su fuente, y la fuente de las almas de los hombres, en un estado meramente purificado, es la condición del hombre perfecto –  esa condición que le pertenecía antes de su caída – y, por ende, el resultado de la observancia y el vivir de acuerdo a los meros preceptos morales y el ejercicio del amor natural en su estado puro, será la restauración del hombre a la condición del hombre perfecto – el hombre creado, quien no posee nada de lo Divino.  Pero esta condición restaurada del hombre, será tan perfecta y en armonía con la voluntad de Dios y Sus leyes que rigen a las más altas y perfectas de Sus criaturas, que el hombre será muy feliz.  Sin embargo, él seguirá siendo sólo el ser creado, sin nada más que la imagen de su Creador. 
Entonces digo; vivir en armonía con las leyes morales y ejercer este amor natural en su estado más alto y más puro hacia Dios y hacia su prójimo, no conducirán al hombre hacia el camino del Reino Celestial, pero el grado más alto de su realización será el Reino en la tierra o aquél en los cielos espirituales.
 
Y LA DISTINCIÓN Y DIFERENCIA EN LA NATURALEZA DE ESTOS REINOS DE AQUÉL DE LOS CIELOS CELESTIALES, AYUDARÁ A LA HUMANIDAD A COMPRENDER LA DIFERENCIA ENTRE LAS MISIONES DE LOS GRANDES MAESTROS Y REFORMADORES QUE ME PRECEDIERON EN SU TRABAJO ENTRE LOS HOMBRES, Y LA MISIÓN QUE FUI ELEGIDO A REALIZAR EN LA TIERRA.  LOS ANTERIORES NO PUDIERON HABER POSIBLEMENTE ENSEÑADO EL CAMINO HACIA EL REINO CELESTIAL, PUES, HASTA MI ADVENIMIENTO, NO FUE POSIBLE QUE EL HOMBRE OBTUVIERA ESTE AMOR DIVINO DEL CUAL ESCRIBO.   EL PRIVILEGIO NO EXISTÍA ANTES DE ESE MOMENTO, LUEGO DE HABERLO PERDIDO LOS PRIMEROS PADRES, Y NO EXISTÍA REINO CELESTIAL ALGUNO, EN EL CUAL LOS HOMBRES PUDIERAN ENCONTRAR SU HOGAR ETERNO. 
 
Entonces, repito, todas las enseñanzas morales en la historia del mundo no pudieron mostrar el camino hacia el Reino Celestial de Dios, y tampoco lo pueden ahora, pues la moralidad, como es entendida y enseñada por la humanidad y por espíritus y ángeles, no pueden dar al hombre aquello que es absolutamente necesario para transformar su alma a ese estado o condición que sea apta para entrar en este Reino del Padre, verdaderamente Divino.
 
Pero el camino a ello es simple y único y yo enseñé a los hombres ese camino cuando estuve en la tierra; y pudieron haber sido enseñados ese camino durante todos los siglos, desde que yo abandoné la vida humana; y debo decir que algunos han sido enseñados y han encontraron ese camino, pero comparativamente pocos, porque los mortales, cuya ostensible y clamada misión y privilegio de enseñar ese camino, es decir, los sacerdotes y predicadores y las iglesias, han omitido enseñar el mismo, y en su lugar, más bien, aunque con sinceridad y conscientes de su lealtad a Dios y de sus obligaciones hacia la humanidad, han enseñado sólo el camino al cual la observancia de los preceptos morales conduce a los hombres. Y todo esto, no obstante, la Biblia, en la que la mayoría de aquellos que profesan ser Cristianos creen que contiene mis dichos y enseñanzas, de hecho, señala este camino hacia el Reino Celestial. 
 
Las palabras son pocas y el camino es llano, y ningún misterio impide a los hombres comprender el significado de ello.  Cuando yo dije,  “A menos que un hombre nazca de nuevo, él no podrá entrar en el Reino de Dios”,  revelé el único y verdadero camino hacia este Reino.  Durante mi tiempo en la tierra habían algunos que entendieron esta gran verdad, y desde ese tiempo, hubo algunos que, no solamente entendieron esta verdad, sino que encontraron el camino y lo siguieron hasta alcanzar el objetivo, y ahora son habitantes de este Reino; pero la gran mayoría de los hombres –sacerdotes, maestros y gente – jamás comprendieron, y nunca han intentado encontrar el camino.  A su sentido espiritual, esta gran verdad ha sido, como dijéramos, una cosa oculta; y al leer o aún recitar la misma a sus oyentes, no le dan ningún significado especial, pero es tan sólo como uno de los preceptos morales, tal como "Ama a tu prójimo como a ti mismo”, al que tampoco le atribuyen mucha importancia, como a algunas de las otras instrucciones morales. 
 
Y así, a lo largo de las edades, desde que el gran Reino haya estado esperando a los hombres, ellos, aunque con toda sinceridad y amor hacia Dios, han buscado y, en mayor o menor grado, encontrado solamente el Reino del hombre perfecto, y han fallado en buscar y hallar el Reino del Ángel Divino. 
 
ENTONCES, COMO DIJE, CUANDO EL ALMA DEL HOMBRE POSEE ESTE AMOR DIVINO DEL PADRE, LA CONVIERTE EN DIVINA, EN SU SUBSTANCIA Y ESENCIA, LA MISMA DIVINIDAD DEL PADRE, Y SÓLO TALES ALMAS CONSTITUYEN Y HABITAN EL REINO CELESTIAL O DIVINO DE DIOS; Y ESTO, SIENDO ASÍ,  ES FÁCIL COMPRENDER QUE EL ÚNICO CAMINO HACIA EL REINO CELESTIAL ES AQUEL QUE CONDUCE A LA OBTENCIÓN DE ESTE AMOR DIVINO, QUE SIGNIFICA EL NUEVO NACIMIENTO; Y ESTE NUEVO NACIMIENTO ES LOGRADO MEDIANTE EL INFLUJO DE ESTE AMOR DIVINO EN LAS ALMAS DE LOS HOMBRES, PARTICIPANDO, ASÍ, DE LA MISMÍSIMA NATURALEZA Y SUBSTANCIA DEL PADRE, Y, POR LO TANTO, LOS HOMBRES DEJAN DE SER MEROS SERES CREADOS, Y SE CONVIERTEN EN ALMAS DE HOMBRES NACIDOS EN LA DIVINA REALIDAD DE DIOS.
 
Entonces, el único camino al Reino Celestial es a través del Nuevo Nacimiento, y ese nacimiento es traído a los hombres sólo por el influjo y operación de este Amor Divino, y, sea o no que un hombre experimente este nacimiento, dependiendo de la iniciativa del mismo hombre, surge la pregunta: ¿cómo o de qué manera puede un hombre obtener este Amor Divino y este Nuevo Nacimiento y el Reino Celestial?  Y porque el camino es tan fácil y sencillo, es posible que los hombres duden de la veracidad de mi explicación, y continúen creyendo y poniendo todas sus esperanzas en las doctrinas ortodoxas de la expiación vicaria – el derramamiento de la sangre, mis sufrimientos en la cruz y cargando todos los pecados del mundo, y mi resurrección de la muerte – doctrinas tan dañinas a la salvación de la humanidad, ya que carecen de veracidad o fundamento de hecho o efecto.
 
EL ÚNICO CAMINO, ENTONCES, ES SENCILLAMENTE ÉSTE: QUE LOS HOMBRES CREAN, CON TODA LA SINCERIDAD DE SUS MENTES Y ALMAS, QUE ESTE GRAN AMOR DEL PADRE ESPERA A SER OTORGADO A TODOS Y CADA UNO DE ELLOS, Y QUE, CUANDO ACUDEN AL PADRE CON FE Y ASPIRACIONES SINCERAS, ESTE AMOR NO LES SERÁ NEGADO.  Y, ADEMÁS DE ESTA CREENCIA, QUE OREN CON TODA LA SINCERIDAD Y ANHELO DE SUS ALMAS PARA QUE ÉL ABRA SUS ALMAS AL INFLUJO DE ESTE AMOR, Y QUE A ELLOS VENGA, ENTONCES, EL ESPÍRITU SANTO PARA TRAER ESTE AMOR A SUS ALMAS, EN TAL ABUNDANCIA, QUE SUS ALMAS SEAN TRANSFORMADAS EN LA MISMÍSIMA ESENCIA DEL AMOR DEL PADRE.
 
El hombre quien, así, crea y ore, jamás se sentirá desilusionado, y el camino hacia el Reino será suyo, tan certeramente como brilla el sol día tras día sobre el justo, al igual que el injusto. 
No hay necesidad de mediadores, ni oraciones o ceremonias de sacerdotes o predicadores, pues Dios llega al mismo hombre y oye sus oraciones y las contesta, enviando al Consolador, que es el mensajero del Padre, para llevar este gran Amor Divino a las almas de los hombres. 
 
De esta manera, he explicado el único camino hacia el Reino Celestial de Dios y a la divina naturaleza en el amor; y no existe ningún otro camino por el cual sea posible alcanzar este Reino y la conciencia cierta de la inmortalidad. 
Entonces, imploro a los hombres que mediten sobre estas grandes verdades, y al meditar crean, y al creer, oren al Padre por el influjo en sus almas de este Amor Divino, y al hacer esto, experimentarán creencia, fe y posesión y pertenencia de aquello que jamás les podrá ser retirado - no, ni en toda la eternidad.
 
ENTONCES, QUEDA A DISCRECIÓN DEL HOMBRE ELEGIR Y ENMENDAR SU DESTINO.  ¿SERÁ, ACASO, ESE DESTINO EL DEL HOMBRE PERFECTO O DEL ÁNGEL DIVINO? 
He finalizado y creo que recibiste mi mensaje como fue mi intención, y  estoy complacido. 
Ya no escribiré más ahora, y con mi amor y bendiciones, diré buenas noches.  
 
Tu hermano y amigo,
JESÚS